La traición del marxismo, ahora y siempre
"El viejo aforismo "El fin justifica los medios" debería, si tenemos en cuenta la interpretación más que discutible que se le ha dado, ser sustituido por este otro: "De los medios depende la consecuencia del fin buscado". Para ser más preciso, debemos comprender que no se llega a la libertad por medio de la esclavitud, ni se emancipará a la humanidad, ni a los hombres que la componen -sino la humanidad es una abstracción- mediante el dominio absoluto, solapado o no, de un partido que oprime so pretexto de libertar e implanta la esclavitud en nombre de la democracia.
El respeto de la dignidad del hombre, que supone fatalmente el respecto de su libertad, exige en primer lugar el reconocimiento de las características superiores que le son propias. Si no partimos de la consideración debida a estos valores, intrínsecos del individuo, que son ante todo los del espíritu -con esta palabra entendemos las facultades creadoras de la inteligencia, del pensamiento, del razonamiento, de la imaginación, de la meditación y del ensueño, de la observación, la inducción y la deducción, todo sumado a la sensibilidad y a los valores morales- si no partimos de esta consideración, hacemos del ser humano una resultante exclusiva de hechos mecánico-biológicos, un instrumento pasivo del determinismo. Pero el hombre es, ante todo, un animal pensante. Y no nos cansaremos de recordar que su superación del hominiano y del prehominiano y crea su humanidad en que toma conciencia de sí, de sus aptitudes propias que le distinguen de las otras especies vivientes, y se convierte en agente consciente y voluntario de su historia. La historia del hombre comienza con el hombre mismo, y sus valores psicológicos constituyen la divina chispa que le separa de la animalidad.
No es sorprendente que el marxismo desprecie los valores humanos, e incluso los sacrifique en su práctica histórica, ya que limitado a la corta visión de la economía nos las reconoce como los factores fundamentales y determinantes que crearon la civilización."
G.L.
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